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Las terapias asistidas con caballos pueden resultar una herramienta muy útil para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por enfermedades raras con epilepsia y discapacidad psíquica o motora.
Los principios de la equinoterapia son tres: el movimiento tridimensional del caballo al paso, la trasmisión de impulsos rítmicos similar a la marcha humana y el calor corporal que ayuda a relajar la musculatura. Esto se traduce en múltiples beneficios tanto psicológicos como físicos.
Como nos comenta Nerea Marín Hernández, psicóloga experta en equinoterapia en la Hermandad del Rocío de Huelva
A nivel psicológico, se favorece la autoconfianza y la autoestima, y el autocontrol de las emociones. Además, mejora la concentración y la atención; así como el respeto y la responsabilidad por los animales.
A nivel físico, mejora el equilibrio, la propiocepción y el control postural, manteniendo el tronco erguido; regula el tono muscular y favorece la circulación sanguínea. Disminuye la espasticidad
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